![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnz5a4Dp-aldzDNUybP5hWmYzo-LMJCx4tKR1hH3HsMK-DzBf8nHU5Ejv55Opy7Mz8xY_hSMRwpSZ7qryzrdjCOPM2o4tnYKPeL9lkgbZsrs1uh8tNQbgfLoZRU2Ae2M2yAp7kiBGERHw/s1600/Introspeccion_de_una_Mujer_by_smsart1990.jpg)
Después de algunos años esforzándome por caer bien a gente que no conocía de nada y con la que probablemente mantendría una relación que no trascendería en el tiempo, me he dado cuenta del gasto de energía tan grande e innecesario que estaba derrochando en esos momentos. Me esforzaba por ser otra persona completamente distinta a la que soy. No se trata de falsear, pues los aspectos más básicos de mi personalidad seguían ahí. Se trataba más bien de modificar en cierta medida mi forma de ser, ya que ésta a primera instancia puede ser un poco “agresiva” para la mayoría de las personas. He estado tantos años siéndome infiel que me dolía cada vez que tenía que entablar una conversación con alguien, pues normalmente contenía banalidades que no me importaban demasiado pero intentaba mostrar un interés desmedido por las mismas. ¿Y qué obtenía con esto? Realmente nada. Somos animales y como tales, captamos la energía que desprenden las personas. ¿Cómo voy a pretender que una persona me tome “en serio” si no soy capaz de ser yo misma? ¿Cómo voy a caer bien si me estoy traicionando y por éste motivo estoy desprendiendo una energía totalmente negativa? Es cierto que en la actualidad solo hay una persona que realmente sabe como soy.
Por todo esto, he decidido que este año no me voy ni a esforzar ni a desvivir por ser otra persona que realmente no soy. Se gasta demasiada energía y los beneficios nunca existen. ¡Llegó la hora de ser yo!
0 comentarios:
Publicar un comentario